Aunque parece increíble, noviembre está aquí. A solo dos meses de acabar el año y unas temperaturas aún propias de septiembre, los días más cortos y las noches más largas comienzan a pesar dentro de casa e igual nuestras paredes ya piden un refuerzo para mejorar la temperatura y confort dentro del hogar. Sin embargo, la búsqueda de la temperatura perfecta dentro de casa puede convertirse en una preocupación común para muchos.
Mantener una casa cálida y acogedora sin que suponga un gasto en exceso para la factura de la luz, es un auténtico milagro que solo algunos consiguen. No se trata simplemente de establecer un número en el termostato, sino de conocer cada persona que vive dentro, su estado de salud, sus preferencias, y regular la temperatura acorde a ello para fijar un estado de confort óptimo y agradable.
Cuál es la temperatura ideal para la calefacción en los hogares
Aunque siempre tendemos a tener una temperatura mínima de 24 grados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto para la Diversificación del Ahorro y la Energía (IDAE) dan las claves para conocer cuál es la temperatura ideal en casa lejos de ajenos rumores que pueden alterar el consumo de electricidad y la factura de la luz a final de mes. Temperatura que, aunque en parte va a depender de otros factores externos como la personalidad de las personas que viven en ella, nos va a suponer un adelanto a la hora de regular el termostato en casa.
La OMS asegura que una temperatura demasiado baja dentro de casa puede tener consecuencias negativas para tu salud. El aire frío inflama los pulmones e inhibe la circulación, lo que puede aumentar el riesgo de tener problemas respiratorios como el asma y otras infecciones pulmonares.
De este modo, según las investigaciones de este organismo, no conviene que tengas la casa a menos de 18 grados. Así, la temperatura perfecta oscilaría entre 18 y 24 grados para ser exactos.
Para el IDAE estas cifras son diferentes. Según los expertos y recomendaciones de este organismo, la temperatura siempre va a variar dependiendo de cada persona, sus cualidades o enfermedades. Así, según los criterios de este instituto, en invierno la casa debería estar entre 21 y 23 grados durante el día, mientras que por la noche aconsejan que esté entre 15 y 17 grados con el objetivo final de tener un casa bien calentita, pero sin aumentar el consumo energético en energía eléctrica.
Fotografías |Unsplash
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