Casi todos los días (por no decir todos) ponemos la lavadora en casa. Ya sea para lavar el uniforme de trabajo, la ropa de los peques, o cualquier toalla de la ducha y paño de cocina que ha acabado manchado después de hacer la comida, la lavadora acaba encendida cada dos por tres como mínimo, tres veces a la semana.
Y aunque (obviamente) cambiamos de lavado en función al tipo de prendas o la utilidad que la demos, hemos de tener en cuenta un error bastante frecuente que cometemos al sacar las prendas del tambor y que puede repercutir en la calidad del tejido y el cuidado de nuestra ropa.
Por lo general, tendemos a dejar la ropa dentro de la lavadora durante varios minutos después de sonar la melodía de acabado: error. La humedad y condensación de nuestras prendas después del programa de lavado puede generar una concentración de hongos y bacterias que pueden penetrar en nuestra ropa y convertirla en un cultivo de moho y microorganismos. Error que a la larga se verá reflejado (sobre todo) en su olor y color.
Cómo evitar la acumulación de hongos y bacterias en las prendas de la lavadora
Por eso, lo mejor es ventilar la ropa después de haberla lavado. Es decir, abrir el tambor en cuanto acabe el programa y dejar ventilar las prendas antes de tenderlas. Así se ha desprendido de la página web Home Now, que también ha aportado ciertos consejos sobre cómo eliminar la suciedad que se acumula en el electrodoméstico después de varios usos y lavados.
Aunque parezca que no, la lavadora va acumulando partículas de suciedad que, junto a la humedad del tambor y la composición de los tejidos, puede resultar una cuna de hongos y bacterias que de no limpiarla, acabarían en nuestras prendas. Por eso, lavar la lavadora, eliminar la suciedad y ventilar el tambor son tres puntos clave que harán que nuestras prendas rebosen frescor y limpieza en sus tejidos.
Imágenes | Ikea
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