Con el corazón todavía encogido por todo lo que estamos viviendo con esa Dana que está afectando al sureste y al este de la Península, cuesta escribir sobre temas como este. Es imposible quitarse de la cabeza las imágenes de los coches amontonados en las calles, de la gente subida en las casas, los testimonios de las personas que han sobrevivido, o que buscan a sus seres queridos desaparecidos.
Es evidente que nadie esperaba una catástrofe como esta. Los propios meteorólogos están comentando que esperaban lluvias fuertes, pero que nadie preveía lluvias tan intensas como las que han caído. Y más allá de que los avisos llegaron tarde, en momentos como estos nos surge una pregunta que quizás podría explicar parte del desastre: ¿Construimos dónde y como debemos?.
La naturaleza siembre recupera sus viejos dominios
En Aragón, la comunidad en la que vivo, sabemos muy bien lo que eso significa. Al margen de las riadas del Ebro y de sus afluentes, en agosto de 1996 se produjo la riada del camping Las Nieves de Biescas. Cualquiera que conociera ese camping, situado en un lugar paradisiaco, jamás hubiera pensado que podía ocurrir una riada como la que se vivió y que acabó con la vida de 87 personas.
Ese fue el mejor ejemplo de que la fuerza de la naturaleza es imparable, y que aunque una zona pueda parecer tranquila y estar exenta de riesgo porque se ve un barranco o un río que apenas lleva agua, lo cierto es que estos cauces están dentro de zonas inundables asociadas a periodos de retorno que pueden ser de 10, 50, 100 y 500 años.
Que nuestros padres no hayan visto nunca inundarse esa zona, no significa que dentro de pocos años el agua vuelva a correr por allí y arrase con todo lo que se le ponga por delante.
280.000 viviendas en zonas inundables en Valencia, Alicante y Murcia
El mayor problema que tenemos en amplias zonas del país es que se ha construido en zonas que son inundables. Y no hablamos de casas ilegales que los ciudadanos han construido por su cuenta y riesgo en huertas y cerca del cauce de ríos y barrancos. Hablamos de zonas urbanizadas y aprobadas por el ayuntamiento de turno si tener en cuenta los posibles riesgos.
@Bieluno
Solo en las provincias de Valencia, Alicante y Murcia hay más de 280.000 viviendas en zonas con riesgo de inundación, según informa el Diario.es. Esas viviendas están situadas en zonas donde las probabilidades medias u ocasionales de inundación son elevadas, con periodos de retorno de 100 años.
Esta cifra supone el 27% de las viviendas situadas en zonas inundables de toda España. Precisamente, es en estas zonas sin la regulación urbanística adecuada, las que más destrozos sufre cuando hay temporales y lo que antes era conocido como gota fría. De hecho, las imágenes que ríos y torrentes desbordados en localidades como Utiel, Aldaia o Alzira están dentro de las zonas inundables.
Cómo saber si vives en una zona inundable
En total, según el diario ABC, son medio millón de habitantes de la Comunidad Valenciana viven en terrenos que podrían inundarse. En el conjunto de España, la cifra asciende a cuatro millones de personas, y en Cataluña, son más 700.000 personas las que viven en zonas inundables.
El en caso de la Comunidad Valenciana, este tweet del arquitecto Gonzalo Bonet es clarificador. En el tweet muestra una imagen del PATRICOVA, el Plan de Acción Territorial de carácter sectorial sobre prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat Valenciana que marca las zonas inundables.
@GBCLopi
Según explica este arquitecto, "al activar la envolvente de peligrosidad, en la zona de Paiporta, Torrent, Picanya, Alfafar, etc., hay una envolvente de peligrosidad. La zona roja se va a inundar una vez cada 25 años aproximadamente, pero en caso desbordamiento, la gris sería una piscina". Lo que se dice una combinación explosiva que deja en muy mal lugar a los técnicos y ayuntamientos que han permitido que se construyera en esas zonas.
Tras lo sucedido estos días, es imprescindible que la Generalitat revise el plan de riesgos para incluir puntos afectados por la DANA y que no constan como zonas de riesgo. Y estudiar también cómo los ríos convertidos en canales con cemento en los que el agua circula a gran velocidad y sin freno alguno, o cómo las infraestructuras como autovías y líneas férreas actuaron de barrera, fueron elementos claves para explicar parte de la tragedia.
Una herramienta a nivel nacional para comprobar suelos inundables
A nivel nacional hay otra herramienta que podemos consultar para saber si vivimos en una zona inundable. En la página web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se puede entrar en el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables, donde se puede visualizar los estudios de delimitación del Dominio Público Hidráulico (DPH) y los estudios de cartografía de zonas inundables, tanto del propio Ministerio como de las Comunidades Autónomas.
No aprendemos: Sevilla quiere ampliar la ciudad en una zona inundable
El problema es que no terminamos de aprender. Pese a las tragedias que suceden cada cierto tiempo, seguimos viendo desarrollos urbanos en zonas de riesgo. En Sevilla, el ayuntamiento sigue defendiendo la construcción de viviendas en La Tablada, para lo que debería hacer cambios de uso en el PGOU con el fin de convertir la zona en "un gran pulmón verde, compatible con incorporar usos residenciales, equipamientos, comerciales y terciarios".
Desarrollar esos suelos obligaría a levantar un muro de 3,5 metros frente al Guadalquivir para frenar posibles crecidas del río, aunque los expertos apuntan a que esa barrera conllevaría trasladar el problema hacia los municipios del otro lado, como San Juan de Aznalfarache, Camas o Gelves.
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