El año pasado dos niños murieron aplastados en Estados Unidos tras caerles encima unas cómodas de Ikea, y como consecuencia, las autoridades de consumo de este país han lanzado una alerta sobre los peligros de no anclar a la pared este tipo de muebles. Concretamente, las cómodas que aplastaron a los dos niños pertenecían al modelo Malm, y la propia multinacional sueca ha reconocido los accidentes.
De hecho, en la página web de Ikea Estados Unidos se ha incluido un apartado en el que aparece una alerta de seguridad, acompañada de una campaña en la que explica los riegos que tiene no fijar a la pared los muebles cuando hay niños por casa. Además, Ikea ofrece anclajes de forma gratuita a los estadounidenses que han comprado estas cómodas mediante un formulario.
Junto a la campaña y los consejos, Ikea explica en su web estadounidense que el peligro de que vuelque un mueble y aplaste a un niño con consecuencias fatales no existe solamente en los productos fabricados por el gigante sueco, sino que cada año hay decenas de niños muertos y heridos tras caerles encima un mueble o un televisor.
A los casos de los dos niños muertos, cada uno de ellos de dos años, hay que sumar otros 14 informes en los que no hubo muertes, pero sí que se comunicaron lesiones al caerles muebles de Ikea encima. La pregunta es, ¿no deberían los padres asegurarse de que los muebles son seguros y no hay peligro de que vuelquen, sabiendo cómo son los niños? ¿Qué opináis vosotros al respecto?
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