Supongo que a vosotros se os ha quedado la misma cara que a mí al ver esta alfombra, formada por más de cien millones de pipas de girasol. Esas pipas, que todos hemos comido en alguna ocasión, han sido la excusa utilizada por el artista conceptual chino Ai Weiwei, para ilustrar la globalización y la fuerza del “Made in China”.
En realidad estas pipas no son lo que parecen, ya que están hechas de porcelana (si hubieran sido de verdad, pasar por encima de esta alfombra habría sido todo un concierto de crujidos, la verdad) y están pintadas a mano una a una. Esta alfombra se encuentra en la galería Tate Modern y consta de 100 millones de pipas que han sido pintadas durante dos años por 1.600 artesanos chinos.
Más allá del mensaje de protesta contra la globalización, me parece un objeto decorativo bonito si es que las pipas resisten el pisar de las personas sobre ellas y si están unidas de alguna manera para que no se llene toda la casa de pequeñas pipas de porcelana. Si os animáis a echarle un ojo, estarán en la galería londinense hasta mayo del año que viene.
Vía | Design Boom
Más información | Ai Weiwei
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