Cada vez en más ciudades vemos árboles, bolardos, señales, farolas y mobiliario urbano en general vestido o decorado con lana. Los términos Urban Knitting y Yarn Bombing empiezan a resultarnos familiares aunque no sepamos exactamente a qué se refieren o cual es la diferencia entre ellos. Últimamente he estado investigando un poco sobre el tema así que os voy a contar lo que he descubierto.
Empezamos por el origen y la diferencia entre los dos términos. En cuanto al origen, al parecer se remonta al año 2004 y fue en los Paises Bajos donde se inició un movimiento de graffitis en lana o graffitis tejidos por primera vez. La diferencia radica en que el Yarn Bombing se refiere a una acción concreta en un momento determinado organizada y relacionada por ejemplo con la celebración de un evento, sin embargo el Urban Knitting es algo más general, un movimiento que busca decorar el mobiliario urbano sin más.
Desde hace ya algún tiempo se ven imágenes de calles y parques decorados con lana de colores, en ocasiones las intervenciones se llevan a cabo en días señalados para celebrar o conmemorar algo, otras veces grupos de personas a las que les gusta la calceta deciden decorar una zona concreta porque sí. En principio lo segundo no es muy legal que se diga, es algo similar al graffiti, aunque es obvio hay claras diferencias.
Leyendo opiniones por la red he visto que hay para todos los gustos, algunos están totalmente a favor de un movimiento como este y otros no pueden estar más en contra. A mi personalmente me gusta cuando el resultado hace que el entorno quede más bonito de lo que estaba antes de decorar, aunque entiendo que esto es algo subjetivo. En cualquier caso considero que es muy distinto al graffiti tradicional porque es fácilmente reversible, la lana se puede cortar y quitar en un momento sin dificultad y no deja rastro.
La cuestión es que en cumplimiento de la ley no podemos bajar al parque más cercano a nuestra casa y enfundar en lana los troncos de los árboles, ni los bancos, ni siquiera las papeleras porque no está permitido. Tal vez en algún momento la legislación cambie y se establezcan diferencias entre el graffiti de pintura y el de lana o se marquen pautas o situaciones en las que sí se pueda hacer Urban Knitting, pero por ahora no está permitido.
Sin embargo sí que se puede hacer Yarn Bombing si va asociado a un evento concreto y la intervención está organizada de acuerdo con las autoridades correspondientes, una institución o una empresa. Por ejemplo en Santiago de Compostela está prevista una intervención de Yarn Bombing en la Escuela de Artes y Oficios Mestre Mateo a finales de este mes de mayo por el grupo de calceta iPunto y algo así sí que está permitido.
De todas las intervenciones que he visto hasta ahora no todas me han gustado, pero hay algunas que son preciosas, por ejemplo las de algunas de las fotos que podéis ver sobre estas líneas. Así que de ellas podéis coger ideas por si queréis hacer algún knitting graffiti en vuestra casa, en vuestro lugar de trabajo o en vuestro barrio siempre pidiendo permiso previo a quien os lo tenga que dar y después de estar seguros de que no habrá ningún peligro ni ningún daño derivado de la intervención.
En casi todas las ciudades hay algún grupo de calceta o ganchillo o ambas cosas, bien informado sobre el tema y sobre las intervenciones que se pueden y no se pueden realizar, a ellos podéis acudir si queréis intercambiar ideas y participar en sus proyectos. El punto está de moda y calcetar y ganchillar son actividades divertidas, relajantes, muy útiles y dejando ilegalidades a parte, totalmente recomendables.
Fotos | Walter G, Apartment Therapy, Madrid Diferente y Laura Thomas
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