Los habitantes de los países occidentales tenemos un problema. Y es que vivimos en una sociedad que se cree invencible, y que es capaz de dominar incluso a la naturaleza. Eso, nos lleva a construir en zonas cercanas a la costa, en el borde de acantilados, o en zonas inundables.
Tras la tragedia de la DANA, saltaron a los medios los estudios que confirmaban lo peor: En toda España hay decenas de miles de viviendas situadas en zonas inundables. Y además, la mayor parte de esas viviendas, al igual que las industrias o las zonas comerciales han sido construidas como si no existiera riesgo alguno.
EL CASO DE IKEA, EJEMPLO DE CÓMO HAY QUE CONSTRUIR
Hace algo más de un mes, un devastadora DANA afectó a la fachada mediterránea de la Península, arrasando con todo lo que se le puso por delante. Las imágenes que todavía tenemos todos en la memoria son dantescas. De esa tragedia, podemos extraer algunas conclusiones que podemos aprovechar para prevenir catástrofes futuras.
Una de estas conclusiones es que ya que se construye en zonas inundables, al menos hay que hacerlo con estructuras que puedan permitir salvaguardarlas de los momentos de riesgo.
En la tarde del 29 de octubre, una marea de agua, lodo y restos de todo tipo arrasó sin contemplación la periferia de Valencia. Entre todos los edificios afectados en Alfafar Parc, hay uno que sobrevivió sin problema y que podría haber abierto en un breve plazo de tiempo si no hubiera sido por la situación de las zonas exteriores: se trata de la tienda de Ikea.
El agua no solo se llevó por delante la tienda y todos los artículos que había dentro. La riada pasó bajo la tienda, y el establecimiento se convirtió en un lugar seguro donde más de 700 personas pudieron refugiarse, entre clientes y empleados de la multinacional sueca, y personas que se encontraban en otros puntos de Alfafar Parc, o incluso desde la cercana autovía.
Pero... ¿Cuál es el motivo por el que Ikea se salvó, mientras las tiendas que lo rodeaban en la misma zona comercial acabaron inundadas y llenas de barro? Lo explica el diario Levante-EM en esta crónica.
La llegada del primer Ikea a la Comunidad Valenciana levantó gran expectación, y una competencia sin igual entre los distintos municipios que querían que se construyera en su término municipal. Tras elegir Alfafar, y antes de construir la tienda, los técnicos de Ikea visitaron el solar y advirtieron que la zona estaba en zona inundable, y algún día podría tener problemas a causa de las humedades, pero también por posibles inundaciones.
El primer diseño de Ikea para su tienda de Alfafar seguía el modelo de establecimientos que tiene por todo el país: una planta de aparcamiento bajo tierra, otra a cota cero, y la tienda en la primera planta.
Pero cuando los técnicos de la compañía sueca viajaron hasta Alfafar, comprobaron que l'Albufera estaba muy próxima, y que el nivel freático era muy superficial.
Para salvar la situación, Ikea optó por rehacer el proyecto. Se llegó a plantear incluso hacer un nivel de aparcamiento sobre el techo de la tienda. Finalmente, se decidió ubicar el aparcamiento en superficie y en la primera planta, mientras que la tienda abriría en la segunda y en la tercera planta.
De esta manera, se abarataron costes de construcción y se evitaron problemas con potenciales riadas. El problema de este nuevo diseño es que Ikea debía conseguir más edificabilidad, ya que en su nuevo proyecto faltaba una planta, la que debía ser subterránea y que ahora estaría en altura.
Así, en junio de 2011, antes de firmar el acuerdo de compra-venta con los propietarios del suelo, Ikea exigió disponer de otros 10.000 metros cuadrados par levantar la planta en altura. Los propietarios de los terrenos tuvieron que renunciar a parte de sus aprovechamientos, y el ayuntamiento de Alfafar tuvo que cambiar el planeamiento urbanístico rápidamente ante el riesgo de que Ikea decidiera buscar otro municipio donde instalarse si el proyecto no salía adelante.
Una década después de su inauguración, se ha comprobado que la apuesta de Ikea por eliminar el aparcamiento de la planta sótano y ganar una planta en altura ha sido un acierto, viendo las desastrosas consecuencias que tuvo la DANA en l'Horta Sud. La gran tienda de la multinacional sueca es la única que se ha librado del desastre, con la excepción del aparcamiento situado a nivel de calle.
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