Cuando menos te los esperas, te distraes unos minutos haciendo la comida y... ¡zas! olor a quemado y una olla con el fondo negro. Y aunque en estas situaciones muchas veces la desesperación te anima a tirar la olla, la comida y todo lo que estabas hacienda, existe un truco fácil y sencillo para devolverle a la olla su estado original sin necesidad de frotar con fuerza ni dejarnos la vida en el resultado.
Y es que, más allá de lo que pueda parecer, limpiar la olla no siempre es una pesadilla, solo tendremos que seguir los pasos correctos y evitar que cualquier desastre en la cocina acabe con todo nuestro maneje culinario. ¡Utiliza este truco casero!
Cómo limpiar el fondo de la olla quemada
Actúa rápido y los resultados serán efectivos. Es decir, cuando detectemos que hemos metido la pata y el fondo de la olla se ha quemado, lo mejor es siempre actuar de manera inmediata y llenar la olla con agua caliente para evitar que los restos de comida quemada se peguen en la superficie. Después, añade un buen chollo de detergente lavavajillas y deja actuar durante unos minutos. De esta forma, se comenzará a ablandar la capa quemada y facilita su posterior limpieza.
Después, coge el mejor estropajo que tengas y, en función al material de la olla, opta por uno más metálico u otro más suave y esponjoso para evitar rayar la superficie. Y ahora... ¡nuestro producto estrella! Si, una vez más el bicarbonato de sodio va a venir a solucionar nuestros problemas de limpieza. De esta forma, calienta el agua de la olla y añade una cucharada de bicarbonato por cada litro y medio de agua, déjalo hirviendo durante unos minutos y raspa el fondo con una espátula de madera.
Es aquí cuando comenzarás a ver como se despegan automáticamente y casi sin esfuerzos el montón de trocitos quemados. Por último, friega la olla como habitualmente y notarás una sensación de alivio, como si nada hubiese pasado.
¿Qué ocurre si este truco falla?
Aunque está comprobado su efectividad, si la comida pegada al fondo o el color negro se resiste, hay un truco infalible que par te de una lata de refresco de cola y un trozo de limón. La idea es tener el líquido en el fuego hasta ebullición a fuego lento y después, rascar a fondo. La acidez del refresco sumado al toque final del limón ayudará a deshacernos de esos incómodos restos de comida, dejando la olla como nueva.
Imágenes | Unsplash
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