Para bien o para mal, hoy es sábado, y los sábados, aunque nos pese, es día de limpieza, porque en casa ya no hay quien entre después de una semana laboral de continuo descuido. Por mucho que sigamos los consejos de Patch y su lista de seis cosas que hay que limpiar y ordenar a diario, al final el fin de semana toca limpiar.
Como no hay nada que me dé más rabia que limpiar el polvo, he desarrollado una técnica depurada que me permite limpiar el polvo fácilmente sin perder demasiado tiempo y de forma muy efectiva. Además, se puede resumir en tres sencillos consejos que harán las delicias de los más perezosos.
1. Elige bien tu bayeta
Después de haber utilizado todo tipo de bayetas, plumeros e inventos mil, el mejor resultado me lo ha dado una gamuza atrapa polvo desechable de esas que sirven de recambio para las mopas.
Lo mejor de todo no es que atrapa el polvo como la miel a las moscas, sino que además, a pesar de su nombre y su reducido precio, se pueden reutilizar varias veces, pues son los suficientemente resistentes como para aguantar un par de viajes en la lavadora junto con otros trapos.
El ahorro de tiempo es muy considerable comparado con una bayeta húmeda que hay que escurrir y enjuagar y que no acaba de limpiar todo el polvo. Con una sola pasada dejas la superficie sin rastro de polvo. Además, la gamuza se puede utilizar en seco sobre cualquier superficie, como la tele o el ordenador, sin los riesgos que conlleva la humedad.
Probadlo, a mi me ha supuesto un cambio radical.
2. Despeja las superficies antes de limpiarlas
No hay nada menos productivo que andar levantando libros, lámparas y todo tipo de objetos a medida que limpiamos una superficie. Lo mejor es despejar las superficies para pasar la gamuza cómodamente, luego limpiar cada objeto que hemos retirado y volver a colocarlo.
Si este proceso os resulta muy tedioso, lo mejor es que intentéis no poner muchas cosas sobre las mesas y mesitas, porque limpiar alrededor de las cosas sin moverlas no es nada recomendable.
3. Planifica tu limpieza
Es conveniente organizarse y limpiar el polvo primero de las superficies más altas, porque de lo contrario, el polvo caerá sobre las superficies que ya hemos limpiado. También es conveniente fregar o al menos barrer inmediatamente después, para no levantar polvo de nuevo con nuestras pisadas y deshacer el camino andado.
Que no se os olvide que en las lámparas y las partes altas de los armarios también se acumula polvo aunque no lo veáis, y es conveniente limpiarlo para evitar que se acumule en exceso, o acabaréis teniendo una feliz colonia de ácaros sobre vuestras cabezas.
Espero que estos tres sencillos consejos os ayuden a limpiar el polvo fácilmente y que esta tarea —y la limpieza en general— ocupe el menor tiempo posible del fin de semana.
Imagen | Cleaning Quickie en Flickr
En Decoesfera | Objetivo: eliminar el polvo de los muebles