En realidad, si lo pensamos bien, tenemos a nuestra disposición un buen número de opciones para tender dentro de casa: los tendederos que se cuelgan delante del radiador, los que colocan sobre la bañera, los que van de pared a pared con cuerdas ocultas extraíbles o los tendederos plegables de pie, de los que podemos encontrar diferentes versiones, algunas de ellas eléctricas para acelerar el secado.
Los tendederos de techo, que suben y bajan con un ingenioso sistema de poleas, fueron muy utilizados en las zonas de servicio de las grandes mansiones de la época victoriana, algo muy comprensible si pensamos en su clima. Claro que en Asturias, sin ir más lejos, también era, y es, habitual tender sobre la cocina de carbón. Eso sí, se utiliza simplemente una cuerda, jamás ví nada parecido a un tendedero como el de la imagen, aunque confieso que me hubiera encantado.
La versión moderna de este tipo de tendederos podemos encontrarla fácilmente hoy en cualquier ferretería. Están realizados en aluminio y suben y bajan ayudados con una manivela o con una cinta. Resisten hasta 15 kg., tienen un ancho de 70 cm. y los largos son variables desde 1m hasta 2.20. Claro que si te gusta más la versión antigua, en hierro y madera, también puedes encontrarla online por un precio parecido y diferentes medidas y colores a escoger. ¿Cuál prefieres?
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